sábado, 16 de marzo de 2024

 



Momentos culminantes de "Carmina Burana" de Orff/Wainrot a cargo del Ballet Estable del Teatro                                                                                      Colón.             


                 Créditos: Prensa Teatro Colón, Fotografía del Maestro Arnaldo Colombaroli.




Muy buena versión de “CARMINA BURANA” por los Cuerpos Estables del Colón


UNA CONJUNCIÓN PERFECTA


Martha CORA ELISEHT


Para la apertura de su Temporada 2024, el Teatro Colón decidió convocar a sus

Cuerpos Estables (Coro, Coro de Niños, Ballet y Orquesta Filarmónica de Buenos

Aires) para montar un espectáculo en conjunto: la versión escénica de “CARMINA

BURANA” de Carl Orff (1895- 1982) con coreografía de Mauricio Wainrot,

escenografía y vestuario de Carlos Gallardo, iluminación de Eli Sirlin -con la

participación de Carolina Rubinstein como asistente de iluminación- y asistencia técnica

de Analía Morales. Las funciones comenzaron el martes 12 y se extenderán hasta el

miércoles 27 del corriente, bajo la dirección musical de Carlos Calleja y Sebastiano de

Filippi, con dirección coral a cargo de Miguel Martínez (Coro Estable) y César

Bustamante (Coro de Niños) y dirección de Ballet a cargo de Mario Galizzi, con

reposición coreográfica de Victoria Balanza y Alexis Miranda. Participarán en calidad

de solistas Laura Rizzo/ Laura Pisani (sopranos); Martín Oro/ Fernando Ursino

(contratenores) y Alfonso Mujica/ Cristian Maldonado (barítonos).

Quien escribe tuvo la oportunidad de asistir a la función ofrecida el pasado

jueves 14 del corriente, con participación de los siguientes solistas: Laura Pisani, Martín

Oro y Alfonso Mujica, bajo la dirección musical de Carlos Calleja y los siguientes

solistas de ballet:

- Fortuna Imperatrix Mundi: Ayelén Sánchez, Juan Pablo Ledo, Federico

Fernández, Camila Bocca, Rocío Agüero, Jiva Velázquez, Lola Mugica, Luciano

García, Natalia Pelayo, David Gómez.

- Primo Vere: Beatriz Boos, Gerardo Wyss, Facundo Luqui, Rocío Agüero, Jiva

Velázquez, Lola Mugica, Emiliano Falcone, Paula Cassano, Luisina Rodríguez,

David Gómez.

- In Taberna: Ayelén Sánchez, Juan Pablo Ledo, Emanuel Abruzzo, Franco

Noriega, David Juárez.

- Cour d’amours: Federico Fernández, Camila Bocca, Rocío Agüero, Facundo

Luqui, Gerardo Wyss, Julieta Lerda, Yosmer Carreño.

- Fortuna Imperatrix Mundi: intérpretes mencionados en el primer número.

La celebérrima cantata de Orff forma parte del tríptico Trionfi – junto con El Triunfo

de Afrodita y CATULLI CARMINA- y fue compuesta en 1936 sobre poemas y textos de

los siglos XII y XIII encontrados en el monasterio benedictino de Beuern (Baviera,

Alemania) que versan sobre el amor carnal, los placeres terrenales y el goce de la

Naturaleza. En aquel entonces, se acostumbraba a escribir obras de carácter religioso, de

tal manera que esta serie de escritos medievales fue la más importante y antigua

colección de versos de carácter laico. En 1934, Orff encontró la edición de 1847 de los

CARMINA BURANA (Cantos Profanos) llevada a cabo por Johann Andreas Schmeller y

seleccionó 24 de estos poemas para componer su obra merced a la ayuda del estudiante


de latín y griego Michel Hoffmann, quien organizó el libreto mayoritariamente en latín,

con una pequeña cantidad de texto en alemán medio (bávaro) y francés antiguo. El

estreno tuvo lugar en la Alte Oper de Frankfurt am Main en 1937 bajo la dirección

musical de Oskar Wälterlin y fue todo un éxito debido a su riqueza rítmica, que se

acomoda a la sencillez de los textos y que permite el lucimiento tanto de la orquesta

como del coro y las voces solistas.

A diferencia de la concepción del autor sobre los textos benedictinos, la coreografía

de Mauricio Wainrot no está basada sobre los mismos, sino sobre la tonalidad musical,

sus ritmos y la fuerza que posee la cantata acentuada en la percusión, que juega un rol

fundamental y cuyos golpes de efecto son sumamente precisos. Mediante una

conjunción de movimientos que reúne elementos de danza clásica y contemporánea más

un vestuario atemporal, el resultado es una poderosa combinación de estética,

plasticidad y expresión corporal. Su estreno se produjo en 1998 en Flandes (Bélgica) y

fue interpretada posteriormente por el Royal Winnipeg Ballet de Canadá, el Ballet de la

Ópera National de Bordeaux (Francia), The Cincinnati Ballet (Estados Unidos), Ballet

Contemporáneo del Teatro Gral. San Martín (Buenos Aires), Ballet del Teatro del

Bicentenario de San Juan, Municipal de Río de Janeiro y Ballet del SODRE de

Montevideo, entre otros. Por lo tanto, se han cumplido 25 años de la creación de esta

coreografía y fue la elegida para la apertura oficial de la temporada de Ballet.

Para facilitar el despliegue de movimientos del cuerpo de baile y los cambios de

escena de los diferentes números que integran esta obra, se colocó al Coro Estable en

los palcos balcón y al Coro de Niños, en el palco avant scène ubicado a la derecha del

escenario, mientras que los solistas ocuparon la misma ubicación, pero del lado opuesto

y la orquesta, en el foso. Esto despertó cierta polémica en cuanto al desplazamiento del

coro de su ámbito natural, pero no le restó mérito. Desde el punto de vista vocal, la

excelente preparación de las voces tanto por parte de Miguel Martínez como de César

Bustamante hizo que ambos organismos brillaran, sonando de manera firme y

sumamente compacta. Lo mismo sucedió con las voces solistas, con estupendas

intervenciones del contratenor Martín Oro como el Cisne asado y chamuscado (In

Tabernam: Olim lacus colueram) y de la soprano Laura Pisani en Cour d’amours (Amor

volat undique/ In trutina/ Dulcissime), mostrando un excelente legato y squillo en notas

agudas. Sin embargo, no le sentó bien al barítono Alfonso Mujica, quien tuvo altibajos

en su interpretación: principalmente, en la parte donde debe cantar en falsete en In

Tabernam (Estuans interius), emitiendo un sonido desprolijo.

El desempeño de Carlos Calleja al frente de la Filarmónica fue otro de los puntos

fuertes de la velada, donde la orquesta sonó más que perfecta, brindando una

interpretación caracterizada por su fuste, enjundia y brillo, donde se destacaron todos

los percusionistas en general, y el timbalista Juan Ignacio Ferreiros en particular por su

precisión en los golpes. Además, Calleja es un eximio director de ballet, ya que supo

adaptar las exigencias de la partitura al tiempo del bailarín.

Tal como se dijo anteriormente, el cuerpo de baile se destacó por su plasticidad y

perfecta coordinación de movimientos, donde las parejas protagónicas formadas por

Juan Pablo Ledo/ Ayelén Sánchez (Fortuna Imperatrix Mundi/ In Tabernam) y Federico

Fernández/ Camila Bocca (Cour d’amours) brindaron una auténtica cátedra de


expresión corporal e interpretación. Por su parte, el trío formado por Rocío Agüero,

Lola Mugica y Paula Cassano ofreció una gran interpretación de Primo Vere, al igual

que Jiva Velázquez, Facundo Luqui y Gerardo Wyss en el mismo fragmento. Los

principales solistas también se lucieron en sus respectivos números. Los cambios de

escenografía y vestuario acorde a cada circunstancia para concluir en el Fortuna

Imperatrix Mundi final estuvieron perfectamente bien logrados.

La única objeción que una tiene para hacer es la ubicación del coro y las voces

solistas. Quizás, lo más lógico hubiera sido colocar a ambos coros y a los solistas en una

grada al fondo del escenario -como se hace habitualmente en los conciertos sinfónico-

corales- y hacer un cambio en la escenografía para que pudiera actuar en su ámbito

natural, sin estorbar la entrada de los bailarines. No obstante, la maravillosa acústica del

Colón hizo que todo sonara a la perfección para ofrecer un espectáculo de alta jerarquía

y calidad en materia multidisciplinaria. Una perfecta conjunción de los Cuerpos

Estables para marcar un excelente inicio de temporada.



 Inicio filarmónico, con triunfos y deudas…


                                                                                    Por Jaime Torres Gómez

El primer programa de abono de la Filarmónica de Santiago contó con la

dirección de su maestro titular, el italiano Roberto Rizzi-Brignoli, en un programa

con obras de distintas épocas del romanticismo musical.

Cabe lamentar el cambio en la pieza de inicio, originalmente con el estreno de

la obra ganadora del concurso de composición convocado por el Teatro

Municipal capitalino, perdiéndose el único espacio reservado a la música

de compositores chilenos en la presente temporada filarmónica. Una errada señal

al medio musical, esperándose pueda rectificarse a lo largo del año…

En su reemplazo se contempló la Obertura de la ópera Tannhäuser, de Richard

Wagner. Y considerando la amplia convocatoria

del repertorio wagneriano, curiosamente esta conocida pieza no ha tenido buena

periodicidad local, recibiéndose con beneplácito, no obstante el cambio de

marras...

Tannhäuser es la quinta ópera de Wagner, disponiendo de una trama argumental

con un notable contrapunto entre el amor sagrado y lo profano, plasmado

musicalmente con fuertes exigencias a las voces y lo instrumental. Y la obertura -

una joya en sí misma- recrea emblemáticos momentos con altas exigencias

técnicas (atractivo manejo del color, especialmente en los violines)

y expresivas (notables ostinatos de los violines más enjundiosas exposiciones de

los bronces y percusión).

Excelente enfoque del maestro Rizzi-Brignoli, con debida unidad y carácter.

Logradas progresiones expresivas más un calibrado manejo de dinámicas y

matices, como formidables transiciones temáticas. Atenta respuesta de

la Filarmónica, a pesar de algunos ripios de ensamble al inicio (primera función)

que no opacaron el conjunto.

Continuó con una esperada reposición de las Cuatro Últimas Canciones,

de Richard Strauss. Si bien esta obra ha sido relativamente frecuentada, en

general las orquestas nacionales poco programan repertorio de lied (canción

normalmente con textos poéticos), existiendo un catálogo no menor como las otras

canciones del mismo R. Strauss, los Siete lieder tempranos de Alban Berg,

los Rücker Lieder de Gustav Mahler, Las Siete Canciones de Alexander von

Zemlinsky, entre mucho que podría (o debería…) ofrecerse.

Estas canciones straussianas póstumas se estrenaron en 1950 a un año de la

muerte del compositor, y revisten un amable diálogo con la muerte discurrido hacia

la belleza como trascendencia. La vocalidad requerida es compleja, al balancearse

con un denso orgánico instrumental, y ante todo, proveer una cabal

consubstanciación con los textos de Hermann Hesse (tres primeras


canciones) y Joseph Eichendorff (última)), ora de desnuda sencillez,

ora de potente consistencia intrínseca.

La versión ofrecida cumplió parcialmente, evidenciando poca conexión batuta-

solista. Así, la dirección de Rizzi-Brignoli, de incuestionable idiomatismo, tuvo

logros con notables contrastes, texturas y transparencias,

obteniendo concentrada respuesta de los filarmónicos.  

Sin embargo, las expectativas cifradas en la joven y destacada soprano

chilena Yaritza Véliz como solista se vieron frustradas, fundamentalmente ante

una escasa comprensión del “decir” del texto, incidiendo en una monocorde

proyección general. Teniendo condiciones para abordar la obra (hermosura de

timbre, firmes agudos y medias voces), hubo momentos inaudibles no atribuidos

necesariamente a la densidad sonora (debidamente cuidada por la batuta), sino a

una falta de comprensión de los mismos textos y su correlato musical, donde la

administración de los acentos, inflexiones y matices son elementos insoslayables

para una debida inteligibilidad de una obra en sí compleja.

Finalmente, una bienvenida Sinfonía N° 3 “Eroica”, de L.V.

Beethoven, brindando completa unidad al programa, inscrito en el Romanticismo

Alemán. Escrita en las postrimerías del Clasicismo, representa una radical

ruptura ante su originalidad expresiva más otros elementos (como la inclusión de

un tercer corno, atípico entonces). Sin duda, una obra de gigantes proporciones y

fuente inagotable de múltiples miradas interpretativas.  

Excelente trabajo de Rizzi-Brignoli, extrayendo lo mejor de sus músicos. Con

irreprochable coherencia, el maestro titular filarmónico firmó una versión de

genuina tradición romántica (gran orgánico de cuerdas y sin ecos historicistas,

muy abordados hoy en día), impregnándole una personalidad clara y distinta. Con

escrupulosa lectura y gran sentido unitario, Rizzi-Brignoli ausculta la trama interna

con una galería de acentos, contrastes, transparencias y empáticos tempi que

develaron completo empoderamiento de la obra. Un inapelable triunfo artístico…   

En suma, un inicio de temporada que justipreció la solvencia del titular

filarmónico en un repertorio que le es afín, y con estupenda correspondencia de

los músicos, asimismo una deuda con la música chilena, más la espera de una

mayor madurez de la solista convocada en una obra en sí no fácil de abordar…

domingo, 10 de marzo de 2024

 

MARAVILLOSO INICIO DEL CICLO DEL SALON DORADO 2024

 

Ciclo de Conciertos del Salón Dorado del Teatro Colón Temporada 2024. Concierto de Apertura. Actuación de María Belén Rivarola (Soprano), Irina Dichovskaya  (Piano). Programa: Obras de Rimski-Korsakov, Tchaikovsky y Rachmaninoff. 09 de Marzo de 2024.

 

NUESTRA OPINION: MUY BUENO

 

Podrá decirse que fue un inmejorable comienzo. Un muy exigente programa de música rusa en donde se combinó una magnífica voz  con una muy buena interprete de piano para que la expectativa se mantenga de principio a fin. La dupla María Belén Rivarola-Irina Dichovskaya se movió con soltura en el ámbito del Salón Dorado del Colón y brindó instantes de altísimo nivel para satisfacción del público que llenó por completo el aforo permitido en ese espacio.

 

  Se compaginó un programa exclusivamente de música rusa en donde se apeló a obras de tres de sus más grandes exponentes: Nikolai Rimsky-Korsakov, Piotr Illich Tchaikovsky y Serguei Rachmaninoff.  A cada canción de cámara se le intercaló una obra para piano solo, por lo cual gran parte del programa recayó sobre la Maestra Dichovskaya en su doble rol de acompañante (lo hizo con solvencia asistiendo nada menos que a Roberto Alagna en la sala principal) y de interprete (ya verán que lo hizo en obras de mucho compromiso).

 

  Para no caer en reiteraciones, separaré lo que fue canto y piano respecto a las obras para solista. Entonces, la dupla Rivarola-Dichovskaya abordó la segunda canción del Op. 43 de Nikolai Rimsky-Kosrakov en donde ya la primera se reveló como una intérprete de fuerte personalidad, bello timbre y elegancia en el decir secundada en muy buena forma por Dichovskaya. Pasando al repertorio basado en Tchaikovsky, la temperatura del recital comenzó a subir ya que se incluyeron las Canciones Nºs.5 y 6 del Op. 6 (la segunda de ellas no es otra que la célebre Romanza “Nada más que un Desolado Corazón”) y cerrar con la Nº 6 del op. 47. Aquí debo hacer centro justamente en la renombrada canción en donde Rivarola expresó la tensión de la página de manera formidable. Supo decir, transmitir y junto al formidable acompañamiento de Dichovskaya marcaron de esta manera el primer punto alto del recital. En las dos restantes las intérpretes resolvieron las páginas con absoluta comodidad. Y en el repertorio Rachmaninoff, la progresión de canciones abordadas dio por resultado a una Rivarola desplegando con generosidad sus medios vocales, un timbre acerado sin fisuras y absoluta sabiduría en el decir, mientras que Dichovskaya se sintió absolutamente cómoda en el repertorio  y acompañó con la misma jerarquía con la que honró su participación solista. Este tramo marcó el segundo punto alto del recital.  Se abordaron las canciones: Nº 4 del Op. 4, Nº 5 del Op. 8, Nº 7 del Op. 21, Nº 3 del Op. 4 y Nº 11 del Op.14.

 

  Pasando a la actuación de Irina Dichovskaya como solista, inició el recorrido con transcripciones para piano de Mikhail Pletnev de tres momentos del Ballet “Cascanueces” de Tchaikovsky y fueron: la Marcha del primer acto, la Danza del Hada de Azúcar y el Andante Maestoso con el que culmina el gran Pas de Deux de los protagonistas. Aquí Dichovskaya tras un arranque un tanto impreciso  fue creciendo con la interpretación para llegar a un muy buen remate en el último fragmento.

 

 Fue en  Rachmaninoff donde la pianista se lució por completo con vuelo interpretativo, alta sensibilidad, seguridad y perfecta digitación. Abordó un exigente programa que incluyó: El Preludio Nº 2 del Op. 3 en Do sostenido menor, El Etude-Tableaux N 5 del Op. 39 en Mi bemol menor, el Momento Musical Nº 4 del Op. 16 y los Preludios del Op. 23 números 4 en Re mayor y 5 en Sol menor con los que coronó una presentación de muy alta categoría.

 

  El público retribuyó con sostenidos aplausos  la faena de las intérpretes, las que agradecieron  con dos canciones más, siendo “Te Amo” de Rachmaninoff  la más ovacionada dada la extraordinaria versión ofrecida, con Rivarola expresando todo su sentir y Dichovskaya en un maravilloso acompañamiento. Un gran concierto para un ciclo que promete un altísimo nivel.

 

Donato Decina

jueves, 7 de marzo de 2024

 

UN MUY BUEN PROGRAMA SERVIDO POR ESTUPENDOS INTERPRETES

 

CCK, temporada 2024. Concierto a cargo de la Orquesta Sinfónica Nacional, Director: Mariano Chiacchiarini. Solista: Marcelo Balat (Piano). Programa: Obras de Mozart, Tchaikovsky  y Beethoven. Auditorio Nacional, 06 de Marzo de 2024.

 

NUESTRA OPINION: MUY BUENO.

 

 Tras la apertura de actividad con el concierto del pasado 23 de Febrero, la Orquesta Sinfónica Nacional retornó al Auditorio Nacional del CCK con un interesante programa bajo la Dirección del Maestro Mariano Chiacchiarini y ante un público que de manera prácticamente total  ocupo las ubicaciones de la sala.

 

  El programa dio comienzo con una interesante versión de la Obertura de la Opera “Las Bodas de Fígaro” de Mozart, en la que el Maestro le dio dinamismo y vida a la página, conceptos éstos que fueron captados por los músicos quienes siguieron a la perfección las indicaciones, por lo que la versión fue chispeante y llena de vida.

 

  El momento más intenso de la noche se vivió con la excelente interpretación del Concierto para Piano y Orquesta Nº 2 de Tchaikovsky en el que Marcelo Balat descolló como solista. Plenos de Intensidad, los movimientos de “punta” tuvieron en Balat, Chiacchiarini y los Maestros de la Sinfónica Nacional a los intérpretes ideales. Precisión, plena seguridad, enjundia y discurso sostenido fueron las aristas sobresalientes de este trabajo de absoluta calidad, el que se vio enaltecido en el segundo movimiento en donde el compositor incluye una sección en “Trío”, para lo cual convoca al violín concertino y al primer violonchelo quienes sostienen con el solista un diálogo permanente. Aquí les correspondió tal responsabilidad a José Daniel Robuschi, quién viene cumpliendo la función de concertino a la espera de los concursos de titularidad y a Esdras Campos en Violonchelo quien cuenta también un paso en la Orquesta Estable del Teatro Colón. Ambos desplegaron intervenciones  de altísima jerarquía, engarzando a la perfección con el solista. Chiacchiarini y la Orquesta se mantuvieron atentos a cada detalle para así entre todos construir una versión decididamente inolvidable de una obra poco frecuentada, exigente y que en una versión de excelencia como la que se comenta, resulta una verdadera fiesta. Una sostenida ovación saludó el trabajo, aunque de manera sorprendente pareció que la misma rápidamente se extinguía. Un sector del público retomó los aplausos para que Balat retornara al escenario y ofreciera un bis contrastante, distinto, pero de igual noble factura: una de las Danzas de la Liga de David de Robert Schumann, verdadero lujo para el Concierto.

 

 

En la parte final, el Mtro. Chiacchiarini guió a la Sinfónica en una estupenda versión de la Segunda Sinfonía en Re menor de Beethoven. Tal cual nos lo anticipara en Ntro. programa de Streaming durante el reportaje que nos concediera el pasado Viernes 1º, el Maestro desarrolló una visión de corte historicista empleando los metrónomos originales de la época del estreno de la obra. El resultado fue un trabajo de muy buena factura, dinámico, chispeante y de un excelente manejo de las tensiones como en el caso del segundo movimiento, rematando en una muy vibrante coda de final contundente que volvió a levantar al público, el que con sostenidos aplausos retribuyó la labor de una orquesta muy renovada, que ha incorporado a muy jóvenes instrumentistas, los que están aprendiendo a amalgamarse con los más experimentados y que con la guía de un experimentado conductor como Chiacchiarini, logran muy buenos resultados  como en este concierto.

 

 

Donato Decina

martes, 5 de marzo de 2024

 



    El Maestro Sylvain Gasançon en un momento del Concierto dedicado a Stravinsky del pasado         Domingo en el Colón. Créditos: Prensa Teatro Colón, fotografía del Mtro. Arnaldo Colombaroli


UNA DIFICIL PRUEBA SUPERADA POR LA ESTABLE

 

Teatro Colón, temporada 2024. Concierto de apertura del abono de Conciertos Extraordinarios a cargo de la Orquesta Estable del Teatro Colón. Director: Sylvain Gasançon (Francia). Programa: “Ballets Rusos en París”, música de Igor Stravinsky. 03 de Marzo de 2024.

 

NUESTRA OPINION: MUY BUENO.

 

  Un muy interesante programa le cupo a la Orquesta Estable del Teatro Colón en el inicio de esta serie de Conciertos Extraordinarios que tendrá lugar entre los meses de Marzo y Agosto y que incluyen la presentación de la pianista Yuja Wang el próximo Lunes 11, el recital de la soprano Hera Hysang Park en Abril, la llegada de la Orquesta Juvenil Petrobras Sinfónica en Julio con la presencia en el podio de uno de los Directores de Orquesta Sudamericanos más venerados: el Brasileño Isaac Karabtchevsky y el cierre con la visita de la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia, en este caso con la guía del Director Argentino/Israelí Yeruhan Scharovsky en Agosto.

 

 El programa fue denominado “Ballets Rusos en París” y estuvo compuesto por los tres títulos más significativos que marcaron el vínculo de Igor Stravinsky con el hacedor de los “Ballets Russes”, Serguei Diaghilev , los que fueron interpretados siguiendo la cronología de sus fechas de estreno y que son: “El Pájaro de Fuego” (1910), Petrouchka (1911) y “La Consagración de la Primavera” (1913). El maestro Francés Sylvain Gasançon, bien conocido por el público a través de sus muy buenas presentaciones entre Ntros. desde su primera visita allá por el año 2008 hasta la temporada pasada dentro del Festival Argerich, fue el elegido para la conducción de la exigente programación.

 

  Llamó poderosamente mi atención que en el caso de “El Pájaro de Fuego” solo se interpretó la Suite de la versión de 1919 en lugar de la original de 1910, siendo que a la música de los otros dos ballets se la interpretó  de manera completa. Aquí la Orquesta respondió con mucha precisión a las indicaciones del Mtro.  Gasançon en los momentos fundamentales como por ejemplo en la Danza Inicial, la Danza Infernal del Rey Kastchei y la apoteosis final, aun cuando en esta última Gasançon adoptó un tempi más dinámico del habitual.

 

  Lo mejor del concierto se escuchó sin dudas con la muy exquisita versión de “Petruchka” en la que Director y Dirigidos se florearon en una interpretación con todos los condimentos: dinámica, expresividad, tempi exacto y perfección estilística. Todos los solistas del conjunto respondieron en forma magnífica.

 

  En el cierre de esta muy comprometida maratón se pudo apreciar una muy correcta versión de “La Consagración de la Primavera”, en la que el Mtro. Gasançon imprimió acertados tiempos. Más allá de algunos pequeños desacoples, la Orquesta salió airosa del exigente compromiso.

 

  Sería muy bueno a futuro que de requerirse los servicios de este muy buen Maestro, se le ofrezca la posibilidad de realizar programas de música francesa. No dudo que sería el intérprete ideal.

 

Donato Decina

lunes, 4 de marzo de 2024

 

UNA GALA BIEN ESTRUCTURADA EN HOMENAJE A PUCCINI OFRECIO EL ARGENTINO COMO APERURA DE TEMPORADA

 

Teatro Argentino de La Plata, Sala Alberto Ginastera. Apertura de la Temporada Lírica 2024. Gala en homenaje al 100º aniversario del fallecimiento de Giacomo Puccini. Participantes: Paula Almerares, María Belén Rivarola, Marina Silva, Monserrat Maldonado, María Castillo de Lima (Sopranos), Alejandra Malvino (Mezzosoprano), Enrique Folger, Fermín Prieto, Arnaldo Quiroga, Juan Carlos Vasallo (Tenores), Leonardo López Linares, Omar Carrión (Barítonos). Orquesta Estable del Teatro Argentino, Directores: Mario Perusso (Invitado), Carlos Vieu (Titular). Coro Estable del Teatro Argentino, Director: Santiago Cano. Coro de Niñxs del Teatro Argentino, Directora: Mónica Dagorret. 02 de Marzo de 2024.

 

NUESTRA OPINION: MUY BUENO.

 

  El Teatro Argentino de La Plata dio comienzo a su temporada 2024. Dado que durante la misma transcurre el año del centenario del fallecimiento de Giacomo Puccini, se aprovechó la circunstancia para efectuar una gala lírica en su homenaje. Huelga hablar del compositor. Si debo decir que sus óperas estuvieron presentes en 80 Temporadas dentro de los casi 134 años de existencia del teatro. Deberá saberse en cuantos años desde 1977 a 1987 [en que hubieron escasas representaciones operísticas hasta lograr en el Cine-Teatro Rocha su emplazamiento provisorio a la espera de la inauguración del actual edificio]  hubo al menos alguna interpretación de fragmentos del gran creador Italiano.

 

  Un programa que, si bien pareciera extenso, se ocupó de abarcar toda la producción operística del hombre de Lucca. Salvo las que componen “Il Trittico”, todas las demás estuvieron presentes en el recorrido.

 

  El Mtro. Carlos Vieu con total generosidad convocó a un hombre que mucho ha tenido que ver a lo largo de más de medio siglo con el Coliseo Platense: Mario Perusso, motor fundamental para que en situaciones difíciles como la del incendio de 1977, que provoco que por 22 años el Argentino se encontrara sin casa, el Teatro y sus Cuerpos Estables mantuvieran su vínculo con el público de manera inalterable. Dentro de ello, debemos rescatar hitos Puccinianos que jalonaron la historia del Teatro Argentino. ¿Cómo no recordar la única vez en que “Turandot” se ofreció con el final original de Franco Alfano con el elenco encabezado por Adelaida Negri, Manuel Contreras Bello y María Rosa Farre en 1991?   O que tan solo un año antes, en una increíble “Boheme” junto a un elenco inolvidable entre quienes estaban María Rosa Farré, Eduardo Ayas, Luís Gaeta, Oscar Grassi y Luís María Bragato asomaba como Musetta una jovencísima cantante que terminaría siendo la hija dilecta del teatro: Paula Almerares, quien en esta gala dijo presente.

 

  Dos partes compusieron este homanaje. En la primera, bajo la férrea y segura guía del Mtro. Vieu se apreció: “La Tregnda” (Intermezzo de la Opera “Le Villi”) y del mismo primer título que hizo conocido al compositor: “Torna ai Felici di” expuesto de manera muy segura y con buen decir por el tenor Arnaldo Quiroga. También con el concurso del Barítono Omar Carrión, quien interpretó con sobrado oficio,  se escuchó “Questo Amor Vergogna mía” de “Edgar” (En ambos casos sería la primera vez que se los escucha en el Teatro Argentino). También bajo la guía del titular del conjunto y dentro de esta primera parte pudo escucharse: “Ch’ella mi creda” de “La Fanciulla del West” en una correcta interpretación de Juan Carlos Vasallo. Llegamos a “Tosca” y siguiendo la tendencia vigente de inclusión, se apreció una correcta versión de “Vissi d’arte” a cargo de María Castillo de Lima, para luego escuchar a Enrique Folger en una muy buena versión de “E Lucevan le stelle” y un imponente cierre con la escena del “Te Deum” a cargo del barítono Leonardo López Linares quien lo hizo con momentos de actuación y sobrada potencia vocal, acompañado de manera sólida por el Coro Estable Preparado por Santiago Cano y el Coro de Niñxs magníficamente preparado por Mónica Dagorret.

 

  Entre las partes citadas conducidas por el Mtro. Vieu, hubo un bloque a cargo del Mtro.  Perusso quien al ingresar al escenario fue objeto de una memorable ovación, merecido premio a tanta entrega por la institución por parte de un público que siempre lo tiene en muy buen recuerdo. Bajo su sabia guía se produjo el momento de mayor voltaje de la noche con fragmentos dedicados a “Manon Lescaut”: una buena y elegante interpretación de “Donna non vidi mai” a cargo de Enrique Folger, seguido una espectacular versión de “In quelle trine morbide” a cargo de María Belén Rivarola, quien demostró sobradamente estar para cosas grandes, para atacar luego junto a Folger una imponente versión del dúo de amor del segundo acto con un Perusso que se sumó a los interpretes aportando una  conducción electrizante. También lució la Soprano Marina Silva con una muy elegante interpretación de “Chi il bel sogno di Doretta” de “La Rondine” en la que Perusso aportó junto a los músicos el clima de nostalgia y belleza que esta memorable página contiene.

 

  Pasando ya a la segunda parte se escuchó bajo la guía del Mtro. Vieu la bien conocida secuencia de “La Boheme” con “Che gelida manina”, “Si mi chiamano Mimi” y el dúo “O soave fanciulla”, con los seguros aportes de Monserrat Maldonado y Fermín Prieto. Junto a este último, se sumó con su inteligencia habitual Omar Carrión para abordar el dúo “O Mimí tu piu non torni”.

 Ingresando ya en las partes finales, ahora bajo la Dirección del Mtro. Perusso,  se apreció un bloque dedicado a “Madama Butterfly”, comenzando con una soberbia versión del preludio que divide el segundo del tercer acto en el que el Mtro.  le extrajo lo mejor a la Orquesta junto a una muy segura intervención del Coro Estable. Paula Almerares interpretó con suma solvencia “Un Bel di vedremo”, seguido por el “Dúo de las Flores” en este caso con las muy buenas intervenciones de Monserrat Maldonado y Alejandra Malvino para continuar con “Addio Fiorito Assi” en la que Fermín Prieto repitió su muy buena perfomance del año pasado en el Colón  junto a Omar Carrión  en la parte de Sharpless y culminar con el Coro a “Boca Chiusa”. En este punto se homenajeó al Mtro. Perusso, ingresando Ernesto Bauer, Director general y Artístico del Argentino para obsequiarle una plaqueta al querido Maestro ante la ovación del público.

 

  La gala culminó con una selección de “Turandot” que incluyó “Nessun Dorma” en la voz de Juan Carlos Vasallo, “Tu, che di gel sei cinta” muy bien vertida por Marina Silva, y de ahí hasta el momento en que “Timur” se retira acompañando los restos de Liu  se escucharon los Correctos aportes de Juan Carlos Vasallo como “Calaf” y del Trío de “Máscaras” conformado por Omar Carrión, Fermín Prieto y Arnaldo Quiroga, mientras que Leonardo López Linares realizó una muy enfática interpretación de “Timur”. Llegado al final de ese fragmento, el Mtro. Perusso imitó el gesto de Arturo Toscanini en el estreno mundial de “Turandot” en “la Scala” en 1926 para comentarle al público que hasta ahí había llegado Puccini y la muerte lo sorprendió, pero su música es inmortal y con el final de “Nessun Dorma” cantado por Vasallo y el coro, la muy buena gala concluyó.

 

 

Donato Decina

sábado, 2 de marzo de 2024

 Bocelli en Viña: un triunfo sin exagerar…


         Por Jaime Torres Gómez

La reciente presentación de Andrea Bocelli en el Festival de la Canción de

Viña del Mar no ha dejado indiferente al medio, en tanto y cuanto la jerarquía

del espectáculo se impuso a la chabacanería ambiente de la sociedad actual,

de la que el mismo Festival viñamarino no ha quedado exento…   

El “efecto Bocelli” en la última edición festivalera (posicionado entre los más

altos ratings de la audiencia televisiva) no debe leerse como el triunfo de un

determinado género musical en supremacía de otros -en este caso, inscrito en

el Pop Lirico-, constituyendo un catalizador de una propuesta inteligentemente

concebida en base a una equilibrada dosificación de repertorio (desde arias de

ópera a la música popular no-docta), con un formato asequible (y atractivo) a

un transversal público, que devino en una completa valoración de la fineza de

un espectáculo per se, el que perfectamente podía provenir desde

otros géneros.  

La visibilidad y amplitud que reviste el Festival de Viña es inmejorable, al punto

que históricamente su línea programática ha discurrido hacia lo misceláneo

dentro de lo popular, dándose jornadas debidamente focalizadas hacia

particulares segmentos de público.

Por otro lado, es insoslayable el hecho de ser un evento organizado desde la

Municipalidad de Viña del Mar, y, por lo tanto, de carácter oficial, dándose

genuinamente una democrática cobertura de géneros, adquiriendo así una

dimensión “social” e incluso “cultural” …

En este contexto, la llegada de un artista del perfil de Andrea Bocelli no es

extemporánea para lo que debiera ser el Festival, y de ahí que su impacto ante

tanta rusticidad imperante sincera la brecha con lo que hoy en día se está

demandando (en especial las jóvenes generaciones). Así, no es hiperbólico

celebrar el acierto de esta convocatoria, constituyendo un potente referente

para las futuras ediciones en no relajar la curatoría editorial inherente.

De la presentación en sí, debe destacarse lo inédito de haberse ofrecido una

cantidad no menor de arias de ópera en el mismo Festival, especialmente ante

los referentes de anteriores presencias de cantantes líricos con glorias como

Ramón Vinay, Plácido Domingo y Verónica Villarroel, de los que se tiene

recuerdo, y que no necesariamente recurrieron a este tipo de repertorio,

seguramente en el entendido no sería adecuado para el evento.

Sin embargo, Bocelli prefirió correr riesgos, saliendo victorioso con tan sólo

dejarse oír ante el “monstruo”, dándose cuenta de una genuina apertura a una

propuesta inusual (y por cierto, de calidad intrínseca) ante un espacio (no

menor) del total piezas abarcadas, dado que el gran público asocia la figura de

este cantante a sus recurrentes incursiones en la música popular, sin duda con

innegables aportes.


Con la presencia de excelentes invitados como la soprano portorriqueña Larisa

Martínez, la cantante norteamericana popular Pía Toscano, la violinista

norteamericana Carolyn Campbell, más el carismático Matteo Bocelli (hijo de

Andrea), un sólido grupo de bailarines más una muy profesional entrega de la

orquesta convocada (Orquesta Metropolitana de Santiago, agrupación

conformada por destacados músicos de agrupaciones estables del país como

la Sinfónica Nacional y otras) muy bien comandada por el conocido director

norteamericano Steven Mercurio, como una importante presencia de voces

integradas por excelentes coreutas nacionales, dieron cuenta de una sinergia

de buena factura, que, en definitiva, ha motivado un transversal reconocimiento

a una propuesta sólida en todos sus elementos.

En suma, un referente, sin exagerar, para el Festival de la Canción de Viña

del Mar, que revirtió, en parte, muchos desaciertos históricos que lo han

banalizado, e inevitablemente una gran oportunidad de mejora en propender a

una calidad programática en mayor sintonía con el buen gusto y lo cultural.

domingo, 25 de febrero de 2024

 

RETORNÓ LA FILARMONICA EN UNA MUY INTERESANTE PERFOMANCE

 

Dirección de Música  del Ministerio de Cultura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Festival de Verano 2024. Concierto a Cargo de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, Directora Invitada: Annunziata Tomaro. Programa: Obras de Strauss II, Verdi, Tchaickovsky y Dvorak. Anfiteatro Eva Perón del Parque del Centenario, 24 de Febrero de 2024.

 

NUESTRA OPINION: MUY BUENO

 

 

  Además de Ntros. comentarios en este sitio y en Ntro. programa en On Radio, seguramente han llegado muchas voces protestando por el desorden que imperó el pasado Domingo 17 en ocasión de la presentación de la Orquesta Estable del Teatro Colón. Y es así que en esta oportunidad en la previa del concierto de la Filarmónica, ya se encontraban en la periferia del Anfiteatro Eva Perón del Parque Centenario tanto el jefe de sala del Colón como parte de su personal de control y una dotación del personal de seguridad del Teatro como para imponer orden desde el vamos, cosa que aquí hay que recalcar y agradecer.  Se entregaron las entradas a la fila a la hora estipulada. Una de las referentes de Prensa de la sala, Romina García Sena, pasó personalmente por la fila  para que el público que tuviese instalado scanner en sus celulares pudiese desde ahí mediante el código QR acceder a las notas al programa.  Se instalaron sillas para personas mayores o con movilidad reducida y espacio para que pudiese colocarse el público en silla de ruedas. Cuarenta y cinco minutos antes se habilitó el ingreso de público y a la hora fijada, hasta con público que pudo ingresar sin localidad luego de que quienes sí la tenían ya lo hubieran hecho,  se inició el concierto. Parece mentira, pero luego de tantas temporadas estivales y a casi veinte años de la inauguración del Anfiteatro en su actual ubicación y composición física, tener que señalar todo esto que debería ser lo normal da mucha pena. Que no se tengan que volver a padecer situaciones como las del concierto del 17 de Febrero pasado.

 

  Retornó la Filarmónica de Buenos Aires. Y lo hizo con instantes de sumo brillo guiada por la Mtra. Norteamericana Annunziata Tomaro, quién desde hace algunos años está afincada entre Nosotros. Un programa interpretado de principio a fin en un solo bloque que se repartió en dos partes bien diferenciadas, la primera en fragmentos orquestales operísticos y la segunda con uno de los “Pezzo Grosso” de toda la historia del género sinfónico.

 

  La Maestra Tomaro explicó al público el contenido del programa identificando  las partes y la reseña de cada composición a ofrecerse. En el caso de la sinfonía de Antonin Dvorak con la que culminó en programa, al igual que lo hiciera su colega Gustavo Fontana en el accidentado concierto de la Estable del Domingo anterior, aclaró que estaba dividida en cuatro movimientos dejando la opción al público  si quería aplaudir entre los mismos pero también dejando en claro que si se mantenía el silencio hasta el final sería mejor.

 

  El concierto se inició con una chispeante versión de la obertura de la opereta “Die Fledermaus” (“El Murciélago”) de Johann Strauss II en una interpretación que tuvo instantes de tempi agil tanto en el comienzo como en las danzas  que la integran pero un tanto lentos en las partes en que la obertura aborda pasajes que serán luego cantados en su transcurso. Aun así el público celebró y aplaudió sostenidamente este comienzo.

 

  A continuación, los Filarmónicos bajo la segura guía de Tomaro abordaron el preludio al primer acto de “La Traviata” de Verdi, en donde las cuerdas con un glorioso sonido verdaderamente mórbido intervinieron de modo magistral, alcanzando la primera cumbre de la noche.

 

 El cierre de esta primera mitad fue con el que a lo largo del tiempo se constituyó en un verdadero “Caballito de Batalla” de la Filarmónica con la gran polonesa que abre el acto final de “Eugene Onieguin” de Tchaickovsky , abordada con el genuino brillo que esta página dispara desde el vamos, causando impacto en el público que con justicia ovacionó ésta muy buena versión.

 

  Finalmente se entró de lleno en la obra de fondo del programa que fue la Sinfonía Nº 9 “Desde el Nuevo Mundo” de Antonin Dvorak, otro de los “caballitos de batalla” en el repertorio de la Filarmónica, a la que tantas veces se recurrió en épocas como esta  de escasos fondos para salvar la parte final de algún programa, pero que ofrecida aquí como fondo de esta presentación lució con instantes de verdadera jerarquía. Hubo una muy buena amplificación a lo largo de todo el programa, la que aquí permitió con total nitidez la percepción de todos los planos sonoros,  desde las magníficas labores de Michelle Wong en el célebre solo de Corno Inglés del segundo movimiento, pasando por la dupla Claudio Barile (Flauta) – Néstor Garrote (Oboe). Precisos ataques de la sección de cornos guiada por su titular, Fernando Chiappero y el octeto de cuerdas que interviene en el final del segundo movimiento guiados por el Concertino Titular, Xavier Inchausti. Momentos de enjundia, pasajes de  notable lirismo y seguridad ante cada ataque o intervenciones marcadas dieron como corolario ésta muy buena versión, sumamente valorada por el público que sumido en un gran silencio siguió cada momento de la interpretación.

 

  Fue un cierre brillante, lamentablemente opacado una vez más por la torpeza del personal de escenario del Anfiteatro, el que a la tercera llamada a escenario del público a la Mtra. Tomaro, volvió a faltarle el respeto al soberano y a los intérpretes cerrando el telón  de manera intempestiva, logrando que al igual que la semana anterior como sus colegas de la Estable, los músicos y la Directora reaccionaran con estupor en sus miradas y que el público, lejos de silbar, hiciera una airada exclamación de  desaprobación, que es peor que un silbido. ¿Hasta cuándo se pueden tolerar éstas barbaridades?

 

Donato Decina

 

Una feliz iniciativa de los Organismos Nacionales.  Felicidad a través del arte.

 

Concierto en el Auditorio Nacional

Viernes 23 de febrero de 2024

Orquesta Sinfónica Nacional

Coro Polifonico Nacional

Solistas: Marina Silva, Florencia Machado, Mónica Ferracani y Fermín Prieto

Dirección General:Maestro Carlos Vieu

 

La sala preparada con un público ansioso que llenó todas las localidades fue el marco ideal para este concierto de “ pretemporada” de los Organismos Nacionales.

Se dieron cita artistas altamente reconocidos en nuestro medio para brindar un concierto de jerarquía que sin ninguna duda va a ser uno de los puntos altos de este ciclo  2024.

 

En una variada selección de fragmentos con temática acerca del amor en la Opera pudimos disfrutar de interpretaciones emocionantes desde todo punto de vista.

La Orquesta Sinfónica Nacional mostró sus filas renovadas con jóvenes integrantes que se van amalgamando al cuerpo y asegurando continuidad.

Los fragmentos solamente orquestales escuchados fueron la Fantasía de Romeo y Julieta de Tchaicovsky y el intermedio de Manon Lescaut de Puccini.

Las formas interpretativas de la ópera son bien distintas de las requeridas para el repertorio sinfónico y el organismo supo captar y adaptarse merced a un trabajo profesional y minucioso bajo la guía del maestro Carlos Vieu quien realmente domina ambos terrenos y sabe transmitir a sus colegas la pasión y el perfeccionamiento que se pudo ver en el sonido aterciopelado de las cuerdas, la delicadeza en los vientos y un equilibrio musical que se constituyo en el marco deseado para los fragmentos siguientes.

Los segmentos operísticos elegidos fueron :

Habanera de Carmen de Bizet, plasmado con sensualidad y energía con Florencia Machado como protagonista, brillantemente acompañada por el Coro Polifónico y destaco la parcipación del cello solista de la orquesta.

Aria del acto II del Don José de la misma ópera, en donde Fermín Prieto mostro un canto visceral y lleno de emoción.

Macha Nupcial de Lohengrin de Wagner interpretada por el Coro Polifínco Nacional: Que alegría escuchar a Wagner con tan sublimes cantantes. Los miembros de nuestro Coro Polifónico Nacional son todos cantantes de alta experiencia los cuales hemos podido disfrutar en distintos circuitos, con lo cual la masa coral suena como coro lírico dando un conjunto colorido y con precisiones estilísticas que muestran cuán versátil puede ser .

Llego el turno de La Boheme con los soberbios momentos del acto I: Che gélida manina en la cual Fermín Prieto obtuvo la más alta performance de la noche con una línea refinada de canto que fue perfectamente acoplada con Si, mi chiamano Mimi cantado por Marina Silva con suavidad e intensidad. Vino el remate del dúo O soave fanciulla en donde ambos artistas transmitieron emoción en alta dosis.

Y siguieron las interpretaciones para el recuerdo…MOnica Ferracani regalando Cio Cio San junto nuevamente a Prieto para el duo de amor de Madama Butterfly del Acto I. Fue en cierto modo, un regalo para el público que el año pasado se quedó con las ganas de ver a la soprano en el Colón. Demostró con técnica envidiable el dominio del papel y del estilo verista.

 

Para el final ( y luego bisado) el brindis de La Traviata….un infaltable

 

En resumen:

Puntos destacados

Profesionalidad de los cuerpos estables

Dominio del repertorio lírico desde el punto de vista interpretativo

Elenco de solistas de jerarquía ( dignos de las más altas consideraciones y que en cualquier situación muestran entrega sinigual)

Brillante batuta del maestro  Carlos Vieu

Sala colmada de público que se comportó con respeto y educación

Necesidad cubierta de espectáculos de jerarquía durante el receso estival ( ya fue marcado en este portal que hay terreno fértil y avido que desafía al calor, los mosquitos y otros en pos del tener una caricia al espíritu)

 

Elementos a corregir:

Sistema de reserva de entradas…se perdió la posibilidad de la gestión virtual, lo cual obliga a disponer de cuatro o más horas entre la espera de entrega y el ingreso para disfrutar del concierto. Esto también impide el libre acceso de mucha gente que viene de lejos o que por su trabajo o actividades no dispone de tiempo para la cola de espera. Sería justo retomar un sistema mixto

Esto es un inicio auspicioso.

En estos tiempos de incertidumbre no queda más que agradecerles a cada uno delos señores profesores de la Orquesta, el Coro ,los solistas y quienes desde el silencio han puesto su aporte para que quienes estuvimos en el Auditorio Nacional salgamos reconfortados, felices y con ganas de que estas iniciativas sean habituales.

La ovación sostenida y los comentarios escuchados en la salida y que fueron publicados en las redes sociales son evidencia indiscutible de lo vivido.


                                                                                      Ing. Andrés Berretta